La Danaide

Continuemos con nuestro mes especial con dos grandes artistas – el escultor Francés Auguste Rodin y el artista Polaco Xavery Dunikowski. Su exhibición conjunta puede ser vista en el Museo Nacional de Cracovia – encontrarán más información sobre ello en el enlace debajo.

El cuerpo femenino estaba en uno de los principales temas desde el principio de la carrera de Rodin. La belleza de la mujer era, para él, una fuente infalible de experiencias amorosas y estéticas: “Qué deslumbramiento; ¡una mujer que se desviste! ¡Es como el sol perforando las nubes! / A primera vista el cuerpo visto entero es una explosión, una conmoción. / Como una flecha, el ojo por un momento sorprendido, aparta su vista. / ¡En cada modelo, la naturaleza está presente en su totalidad, y el ojo que sabe cómo ver la descubre y la sigue tan lejos!” (Auguste Rodin)

Los cuerpos de las mujeres eran una obra maestra de las cuales él nunca se cansaba, cuyos brazos y piernas eran elementos de una gramática infinita de gestos. Había en Rodin una constante—uno podría decir frenética—urgencia de buscar estos cuerpos. Obviamente involucrando el deseo sensual, pero también un deseo de capturar una verdad que era en parte física y en parte espiritual—y que parecía ser poseída por las mujeres.

En el concepto primario del autor La Danaide ahí pretendía ser uno de los elementos de las Puertas al Infierno. Sin embargo, la figura de la hija de Dánao lamentándose, una figura de la mitología Griega, no fue incluida en la versión final de la composición. La sensualidad cautivante de la mujer hace a la escultura uno de los trabajos más reconocibles de Rodin.

¡Nos vemos mañana!

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