Rembrandt van Rijn
Aristóteles (384-322 a. e. c) reposa su mano pensativo sobre un busto de Homero, el ciego poeta épico de la Ilíada y la Odisea. Un medallón que representa a Alejandro Magno, aprendiz de Aristóteles, cuelga de una pesada cadena de oro. El filósofo reflexiona sobre las recompensas materiales en lugar de los valores espirituales con un juego de luz y sobras en su rostro que insinúa los mecanismos de su mente.
Pintada para el gran coleccionista siciliano Antonio Ruffo, la imagen también hace referencia a la comparación que hizo Aristóteles sobre la adquisición del conocimiento por medio del tacto y la vista.
Ruffo fue un ávido coleccionista que tuvo 364 pinturas durante su vida, entre ellas una obra de Van Dyck: Santa Rosalía intercediendo por la ciudad de Palermo. Aunque realizó grandes esfuerzos para coleccionar obras de pintores célebres, Ruffo rara vez dejó Mesina. Encargó este trabajo a un agente llamado Guacomo di Batista, quien hacía negocios con Cornelis Gijsbrechtsz, un comerciante adinerado de Ámsterdam. Poco después de ser entregada la imagen, fue registrada en el inventario de Ruffo (1657) como una figura de medio cuerpo de un filósofo, posiblemente Aristóteles o Alberto Magno.
Ruffo también le encargó a Rembrandt una serie de retratos: Alejandro Magno en 1661 (hoy está perdida) y el fragmentario Homero (Museo Mauritshuis, en La Haya), fechado 1663.
Si te gusta arte de Rembrandt, ¡deberías visitar su casa en Ámsterdam! Échale un vistazo al artículo 8 Razones para visitar la casa de Rembrandt en Ámsterdam.