El artista y escritor Rusiñol fue uno de los fundadores del modernismo español durante la transición de siglo. Él y sus colegas, incluido el joven Pablo Picasso, se reunían regularmente para tener animadas discusiones en un pequeño café de Barcelona. Sin embargo, las figuras que aparecen en el café en esta pintura parecen silenciosas, solitarias y preocupadas por sus propios pensamientos. Los colores opacos y el espacio cerrado refuerzan una sensación de aislamiento.
¡Una pintura bastante deprimente llena de un ánimo de fin de siglo!