Artista anónimo
Hoy podemos ofrecer esta obra gracias al Städel Museum. ¡A disfrutarla!
En un brillante día de verano, la Virgen María está sentada en un jardín leyendo un libro de oraciones. El pequeño Jesús hace sonar un instrumento, un ángel y dos santos están cantando, una mujer recoge cerezas…¿Quién pintó esta idílica escena? Hasta hoy no ha sido posible identificar a su autor. Lo único que se sabe es que trabajó en la zona del Alto Rin a comienzos del siglo XV. En cualquier caso, esta tabla es una obra maestra de su tiempo.
La riqueza narrativa se combina con una representación de la realidad de una precisión impresionante para el período del que estamos hablando. En el cuadro se han reproducido hasta diecinueve plantas y doce tipos de pájaros, peces, mariposas y luciérnagas, todos ellos con el mayor rigor posible desde el punto de vista botánico y zoológico. Plantas y animales embellecen lo que en realidad es una tradicional pintura religiosa, usada por su dueño como objeto para la devoción en el ámbito privado. Esta obra recrea elementos de capital importancia para la fe cristiana a finales de la Edad Media, tales como el nacimiento virginal del Niño Jesús (simbolizado por el jardín cercado por un muro), o los santos, todos ellos dotados de los atributos que permiten ser reconocidos (por ejemplo, San Miguel se representa con el diablo en forma de mono, o San Jorge con el dragón). Gracias a la manera tan especial en la que todo está recreado, nos encontramos ante una obra que es algo más que una pintura religiosa — cualquiera de nosotros podría rezar ante ella y, a la vez, descubrir en su interior la realidad de lo visible, del mundo temporal.