La obra presente ha sido siempre alabada y no es difícil ver el porqué. Nos muestra una oscura y dramática escena de asesinato (un bravo es un asesino a sueldo) donde el misterio recae en el hecho que no sabemos nada sobre el contexto ni el resultado final. Aprovechando un espacio cerrado, el asesino ataca justo cuando ambas cabezas y brazos se encuentran opuestos. En este confuso intercambio de gestos podemos identificar los roles de cada una de las figuras gracias a los contrastes en los colores. Para el atacante se usó negro y un rojo agresivo, mientras que para el joven atacado se usaron azules claros y verdes. Además de la palpable tensión que la misma escena supone, Tiziano caracteriza sutilmente los personajes mediante el estilo usado: violento y con pronunciados contrastes de luz para el asesino, en primer plano, y fino y con un toque giorgionesco en el sfumato para el joven, que encontramos al fondo.
¡Me encanta esta pintura! ¡Cuánta tensión podemos ver, cuánto drama! <3 Hoy presentamos esta obra gracias al Kunsthistorisches Museum de Viena. <3
Además de la colección vienesa, existe otra obra de Tiziano que fue pintada cincuenta años después de la que presentamos hoy aquí! Si te gustaría saber más de las obras tardías de Tiziano puedes leer este artículo en el DailyArt Magazine.
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