Fernando Botero
La pieza más ambiciosa de Fernando Botero en el Museo de Antioquia es Luis XVI y María Antonieta en una visita a Medellín (Colombia), por el formato, es un díptico, y porque trata muchos temas en una sola escena. Es imposible pasar y ser indiferente. La visita nunca sucedió realmente. Y en este caso, es lo que menos importa porque esta es una parodia que Botero se tomó muy en serio.
Aunque Botero nunca conoció a estos dos personajes en persona (cómo pudo ser, fueron decapitados durante la Revolución Francesa en 1793), los conoció a través de pinturas. Botero está citando a otros pintores, especialmente pintores que realmente existieron en las cortes de estos monarcas. Botero adopta esta narrativa de pintura y la usa a su manera. La desproporción, el exceso y los grandes peinados en esta corte están estrechamente relacionados con su estética, lo que explica por qué los volúmenes a veces son características típicas.
Hay burla, sarcasmo, y Botero combina estos dos mundos: la historia del arte y sus orígenes para ubicar a algunos monarcas en un ambiente que les es extraño. Por eso el personaje interpretado por la madre de Botero se convierte en mediador; ella actúa como testigo de este gran evento, asomándose por la puerta de su casa, como si estuviera expectante.
En este díptico, también hay una idea de Medellín que el artista guarda de sus experiencias de infancia y adolescencia: una Medellín con pequeñas casas apiladas. Es la imagen de la ciudad que Botero siempre tendrá porque dejó de vivir aquí a una edad muy temprana. Es la mirada de nostalgia.
Presentamos el Botero de hoy (ME ENCANTA SU TRABAJO) gracias al Museo de Antioquia en Medellín (Colombia) :).
P.D. ¡Aquí encontrarás una selección de pinturas de Botero menos conocidas y muy interesantes que debes conocer!