Lluvia, vapor y velocidad - El gran ferrocarril del oeste by Joseph Mallord William Turner - 1844 - 91 x 121,8 cm Galería Nacional Lluvia, vapor y velocidad - El gran ferrocarril del oeste by Joseph Mallord William Turner - 1844 - 91 x 121,8 cm Galería Nacional

Lluvia, vapor y velocidad - El gran ferrocarril del oeste

Óleo sobre lienzo • 91 x 121,8 cm
  • Joseph Mallord William Turner - 1775 - Diciembre 19, 1851 Joseph Mallord William Turner 1844

La era victoriana vio el surgimiento de la energía del vapor. Los ingenieros británicos habían estado experimentando con el diseño de máquinas de vapor desde 1784, por lo que en el momento de esta pintura se habían realizado avances emocionantes y las locomotoras de vapor se estaban convirtiendo en parte de la vida diaria y, de hecho, en parte del paisaje.

Lluvia, vapor y velocidad ​​captura la sensación de emoción que debió invadir la era victoriana cuando las ideas de viajar más rápido por Gran Bretaña se hicieron realidad. También habla de este fenómeno como si se tratara de un momento de verdadera creación, el paisaje testigo del nacimiento de un nuevo período en el que los monolitos metálicos, resbaladizos por la lluvia, fueron lanzados a través de él, imparables en términos de velocidad, pero también en términos de progreso cultural. El tren emerge de su propio miasma deslizándose sin esfuerzo por el viaducto. En contraste con la ferocidad de su movimiento, un pequeño bote de pesca en la parte inferior izquierda de la pintura se encuentra relativamente inmóvil en el agua mientras las nubes de vapor se elevan y comienzan a oscurecerlo. Las figuras en el bote, las bailarinas en la orilla del río y la liebre esparcida por las vías frente al tren quizás representen la continuación de una vida cotidiana que ahora ha cambiado para siempre.

Asistiendo a la Real Academia de las Artes a los 14 años, el talento de Turner se descubrió temprano. Durante su carrera llegó a ser reconocido como un genio artístico, descrito por el crítico de arte inglés John Ruskin como un artista que podía «medir de manera conmovedora y veraz los estados de ánimo de la naturaleza». Es su talento particular para capturar este estado de ánimo lo que seduce a cualquier espectador de sus pinturas: a través de su habilidad para pintar aquellos aspectos de un paisaje que no tienen sustancia corporal, por ejemplo luz, movimiento o atmósfera, nos transmite lo que parece imposible a a menos que lo veas con tus propios ojos.

- Sarah Mills

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