Juan Gris
¿A quién le apetece un poco de cubismo?
La pintura de hoy muestra una amalgama de objetos que son el cubismo por antonomasia, y que se extiende más allá del tablero y las cartas del título para incluir vasos de vino y un periódico, Le Journal. A pesar de que estos elementos son artículos cotidianos, Gris los presenta yuxtapuestos. La pintura comprime el espacio con planos que se solapan, haciendo que elementos como el borde de la mesa, el fondo azul y el suelo casi estén alineados con el lienzo. Las tradicionales diferencias entre primer plano y fondo se ven alegremente alteradas.
Este bodegón es un testimonio de la destreza y la creatividad de Gris. Opera en un contraste sistemático: de blancos radiantes a negros profundos, enfatizados por un espectro que va desde amarillos y azules suaves a granates intensos y verdes penetrantes. Formas geométricas, curvas y angulosas, interactúan con dinamismo, y hay una fascinante interacción entre las superficies sólidas y traslúcidas. La cúspide de esta composición es la interconexión de formas ambiguas con explícitos detalles, como el marcado de las cartas y los intrincados adornos de la madera.
Las ilustrativas creaciones de Gris comienzan a aparecer entre 1914 y 1917—un periodo marcado por las dificultades personales, como se puede leer en sus cartas. En 1915, el artista estaba optimizando sus diseños, esmerándose en estructuras definidas y en la majestuosidad de las naturalezas muertas que pintaba con devoción.
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P. D. El cubismo se suele asociar a hombres, pero había muchas mujeres que pintaban en este estilo. Conoce a Alexandra Exter, ¡una pintora que influyó en el Art Decó!