Stefan Gierowski
Desde 1955, Stefan Gierowski, pintor polaco y artista de vanguardia de la Polonia de posguerra, pintaba escenas de género que observaba a su alrededor. En sus cuadros, las casas, las personas y los animales se representaban con signos de formas simplificadas, pero que seguían pareciendo objetos. Los fondos incluían planos dispuestos simétricamente, lo que demostraba que el artista se esforzaba por lograr una disciplina compositiva. En 1957, Gierowski eliminó de sus cuadros las referencias al mundo exterior y creó su propio estilo abstracto. Al mismo tiempo, dejó de utilizar títulos literarios para sus lienzos, sustituyéndolos por la palabra "pintura" y números romanos consecutivos. Produjo obras casi monocromáticas, en las que la textura de la superficie se trataba de diferentes maneras; se centraban en la forma en que los colores contribuían a crear un estado de ánimo.
Entre 1959 y 1960, Gierowski simplificó sus instrumentos de pintura reduciendo los efectos del color y la textura. Esta etapa intermedia le llevó a explorar la interfaz entre la óptica y la cinética. Las pinturas creadas en la década de 1960 presentan composiciones espaciales dinámicas de bandas de color oscuro con intensidad tonal variable. En Pintura CXCIII, dos formas redondeadas que se extienden más allá del lienzo están separadas por un rayo de luz. Jerzy Stajuda, artista y crítico de arte, escribió: "Se trata de algo más, se trata de la expansión de esas pinturas en todas direcciones, la expansión espacial, ir más allá del marco. ... La contradicción entre la aparente estructura estática y su potencial dinámico de crecimiento; es decir, trivializando un poco, entre la «pictoricidad» del cuadro y sus implicaciones «arquitectónicas» – esto es lo que caracteriza la última obra de Gierowski."
Presentamos la espectacular obra de hoy gracias a Zachęta–Galería Nacional de Arte de Varsovia.
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