La Mujer Ante el Sol Poniente

En 1818, a la edad de 44 años, Caspar David Friedrich se casó con Caroline Brommer, una alegre mujer sajona de 25 años. Brommer fue una influencia positiva en el artista ya que las mujeres aparecen con mayor frecuencia en sus obra después de su matrimonio. Un nuevo elemento amistoso parece entrar en sus cuadros.

En La Mujer Ante el Sol Poniente (también llamada La Mujer Ante el Sol Naciente), la silueta de una mujer se contrapone al intenso amarillo rojizo del cielo. Es difícil interpretar el gesto ferviente de sus brazos extendidos y los rayos estilizados que irradian desde las montañas, anunciando la presencia del sol invisible.

Brommer era probablemente la modelo de figura femenina con un viejo vestido alemán. Como ella se acerca a la luz como una cristiana de los primeros tiempos en la oración, algunos han tratado de interpretar la pintura como una comunión con la naturaleza. Por otra parte, la atmósfera evocada en la pintura de Friedrich podría interpretarse como la del crepúsculo; el camino que termina abruptamente es un anuncio de muerte y los cantos rodados dispersos a lo largo del camino son símbolos de fe. Pocos de los cuadros de Friedrich son tan enfáticos y casi exageradamente simbólicos en su efecto, factores que hacen que la pintura no deje de ser problemática para el espectador.