Tropas de choque avanzan bajo el gas

Apareciendo diez años después de que comenzara el conflicto, el monumental portafolio de Otto Dix "Der Krieg" (La Guerra) no glorifica la Primera Guerra Mundial ni agasaja a sus soldados, pero muestra, en cincuenta imágenes gráficamente implacables, las horribles realidades que experimentó alguien que estuvo allí. Dix, soldado de artillería en las trincheras del Somme y en el Frente del Este, se centró en las consecuencias de la batalla: soldados muertos, moribundos y en shock, paisajes bombardeados y tumbas.

Los títulos que detallan lugares y fechas precisas confieren una ilusión de autenticidad documental. Dix no transcribió sus cuadernos de dibujo durante la guerra; estas escenas de pesadilla se basan en sus recuerdos de batalla, en fotografías (incluidas muchas que fueron censuradas durante la guerra) y en catacumbas. Para Dix, estas impresiones eran como un exorcismo. El editor de Dix, Karl Nierendorf en Berlín, hizo circular el portafolio por toda Alemania con una organización pacifista, Nunca más guerra, aunque el propio Dix dudaba que sus impresiones pudieran tener alguna incidencia en futuras guerras. A pesar de la publicidad intensiva, Nierendorf vendió solo un portafolio completo de la edición de setenta.