Van Uffel era un rico comerciante flamenco que vivía en Venecia, donde Van Dyck probablemente pintó este retrato al principio de su período italiano (1621–27). En otro retrato (Herzog Anton Ulrich-Museum, Brauschweig), Van Dyck muestra al mismo personaje sentado autoritariamente posando ante una vista de barcos que navegan desde una costa mediterránea. El nuestro, por el contrario, muestra a Van Uffel como un sabio caballero, con signos de sus variados intereses: separadores, un grabador, el arco de una viola da gamba, una cabeza antigua, un dibujo y un globo celeste.