Jeanne Kéfer

Khnopff se convirtió en un popular pintor de retratos de sociedad en los 1880´s, usando elementos que le servían bien como un pintor Simbolista de avant-garde: el realismo visual y un tono de silencio, aislamiento y ensueño.  Frecuentemente colocaba a sus modelos recostados contratan puerta cerrada, aplanando el espacio lo que resultaba en una imagen meditativa y herméticamente sellada.  Estuvo involucrado con corrientes del simbolismo del tardío siglo XIX que florecían en todo Europa, especialmente en la Inglaterra victoriana con Rossetti y Holman Hunt; Francia con la Hermandad de Nabi, Gauguin, Redon y Moreau; Viena con Klimt; Alemania con Klinger y sin dejar de lado al holandés Johan Thorn Prikker (que casualmente tiene el nombre más gracioso [referencia a los apellidos que suenan como las palabras que significan el punza agujas]). La lista de grandes pintores es grande y profunda. Fernand Khnopff retrató a la hija de un compositor amigo suyo en el corredor de una casa contra una puerta cerrada con su diminuto pulgar que alcanza el borde de su lazo mientras pone su mano en el abrigo.  Con este pequeño gesto, Khnopff capturó la inocencia de la infancia y la incertidumbre al enfrentarse al mundo exterior.  Para denotar aún más la percepción de un niño hacia un mundo hecho para adultos, retrató el pequeño cuerpo de Jeanne Kéfer contra la puerta de tamaño adulto e inclinó levemente el piso.  Jeanneestá aislada aún más por los brochazos  libres y abstractos en la ventana reflejante de la puerta detrás de ella.  Como es típico en Khnopff, Jeanne no luce cálida y amable sino cortante en el fondo superficial, con una mirada fija en su cara.  Hasta mañana!

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