Rembrandt riéndose

Esta pintura es del Museo J.P. Getty. Es uno de los autorretratos de Rembrandt favoritos, tan sincero y alegre que siempre hace que uno se sienta mejor. Rembrandt estaba profundamente interesado en la expresión de la emoción humana y en sus primeros años como maestro independiente en Leiden, a menudo recurrió a sí mismo como modelo. En esta pequeña obra, pintada libremente, aparece vestido a la manera de un soldado, relajado y cautivando al espectador con su risa. En este sofisticado autorretrato, pintado cuando tenía veintiún o veintidós años, Rembrandt combina un estudio del carácter y las emociones (conocido en holandés como tronie) con una autorrepresentación jovial muy inusual. La pincelada corta y viva del rostro y el tratamiento rápido del fondo neutral transmiten una sensación de espontaneidad e inmediatez. Esta obra forma parte de un pequeño número de pinturas que Rembrandt realizó en cobre a partir de finales de 1620. Está firmada en la esquina superior izquierda con un monograma de letras entrelazadas, “RHL” (Rembrandt Harmenszoon Leidensis), que solo usaría brevemente, de fines de 1627 a principios de 1629.