El banquete de Cleopatra representa la culminación de una apuesta entre Cleopatra y Marco Antonio sobre quién podía ofrecer el festín más costoso. Tal como narra Plinio el Viejo en su libro "Naturalis historia", ella ganó la apuesta: luego del banquete de Marco Antonio, Cleopatra extrajo una rara y valiosa perla de su pendiente y la arrojó en una copa de vinagre, cuando ésta se disolvió bebió la copa. La tercera persona a la mesa es Lucio Munacio Planco, que decidió quien fue el ganador.
Puede decirse que el veneciano Giovanny Battista Tiepolo fue el mejor pintor de Europa del siglo 18. A Tiepollo le atraía un estilo melancólico con grandes contrastes de luz y sombra, o claroscuro. No fue hasta que ejecutó los frescos del Palazzo Arcivescovile de Udine luego de 1726, que Tiepolo dejó de lado el claroscuro de sus primeras obras y abrillantó los colores, preservando las formas.
El arte de Tiepolo celebra la imaginación al trasponer el mundo de la Historia Antigua, las Sagradas Escrituras, mitos y leyendas, a un lenguaje grandioso, inclusive teatral. En sus manos, los informales bocetos al óleo se elevan a una forma de arte primordial, dignos de ser coleccionados junto a sus pinturas acabadas. La obra más importante de Tiepolo son los techos pintados al fresco que realizó en diferentes iglesias de Venecia, y palacios en Italia, Alemania y España.
Catalina la Grande adquirió esta pintura en 1764 y la obra permaneció en la colección del Museo del Hermitage en San Petersburgo. Formó parte de la venta soviética de pinturas del Hermitage y fue comprado por un comerciante de arte inglés en 1932, y luego por la Galería Nacional de Victoria, Australia en 1933.
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