A Manet le encantaba la atmósfera de los cafés y de los brasseries y a menudo acudía a ellos para relajarse tras el trabajo. Es en estos lugares donde conoció a sus amigos, y la mayor parte de lo que sabemos sobre su vida y sus costumbres procede de la gente que hablaba con él o se sentaba a su lado.
El lugar donde se desarrolla esta escena es el cabaret Reichshoffen en el bulevar Rochechouart. La pintura pertenece a una serie de escenas parecidas pintadas aquí o en el Nouvelle-Athens. El hombre que lleva el sombrero de copa es uno de los modelos habituales de Manet; fue el mismo que posó para la acuarela titulada Punchinello. De entre las numerosas pinturas situadas en cafés llevadas a cabo por Manet, esta es de las más sugerentes: el artista nos muestra a hombres y mujeres en los modernos brasseries y cafés de París, presentando al espectador una visión alternativa de la vida parisina. Manet aseguraba que estaba pintando des oeuvres sinceres (obras sinceras). La imagen social y moral de las mujeres que aparecen en estas pinturas podía correr ciertos riesgos.
¡Hasta mañana! ¡Por fin es Julio!