Claude Monet
Es domingo, así que es el día de presentar otra obra maestra de la colección del Museo Städel. Te recomendamos que descubras más obras suyas en el Archivo. ¡Que lo disfrutes! :)
La pintura es autobiográfica. Constantemente acuciado por las dificultades financieras, el artista Claude Monet tuvo la buena fortuna de recibir un pequeño salario de uno de sus mecenas durante el verano de 1868; por primera vez pudo ofrecer a su familia un hogar decente. En esta obra fue su familia la que posó para él, aunque Monet se excluyó a sí mismo de la representación; lo esperan a la mesa, pero, de momento, disfruta aún del papel de feliz espectador. La escena es despreocupada y acogedora, casi podemos detectar un anhelo por los estándares de la clase media (incluso aparece una doncella). Como artista, no obstante, Monet no se ajustaba a lo convencional. Normalmente, una representación de un ámbito privado como este se habría plasmado en una pequeña pintura de género. Monet la pintó provocadoramente a gran escala, algo reservado para los acontecimientos históricos. Además, la composición contradice cualquier tradición. Por ejemplo, el pintor enfatiza detalles de menor importancia, como la comida de la mesa; de hecho, introduce un bodegón completo. Enfatiza el enfoque emocional (su hijo pequeño) al dirigir la luz más brillante sobre él y la madre; sin embargo, al mismo tiempo, sitúa al niño en el extremo de la escena. Es más, el extremo derecho del lienzo corta bruscamente la mesa y la silla. Por todo ello, el conservador jurado del Salón de París rechazó la pintura. No se exhibió públicamente sino hasta 1874, en la primera exposición organizada de forma independiente por los impresionistas.