Santiago Rusiñol y Ramón Casas
Una situación que atraía particularmente a los pintores impresionistas era retratarse entre ellos.
La amistad entre Rusiñol y Casas les llevó a viajar a Sant Benet de Bages en el verano de 1890. Fue durante este viaje cuando se realizó esta obra firmada por los dos amigos. No era la primera vez que se retrataban mutuamente, pero siempre lo habían hecho por separado, lo que convierta a esta pintura en la única obra pintada por cuatro manos. En primer término aparece la figura de Rusiñol, mientras que al fondo se ubica Casas, seguramente fue él quien hiciera el tratamiento del suelo porque recuerda soluciones que utilizaba en aquellos años. Los personajes se presentan en la sombra, huyendo de la luz que únicamente se observa en la pared iluminada del fondo.
Esta obra se expuso en la Exposición "Rusiñol, Casas y Clarasó" celebrada en la Sala Parés en octubre de 1890. A su paso siguieron otras muchas exposiciones, la última de las cuales se celebró en marzo de 1931, tres meses antes de la muerte de Rusiñol. El semanario L'Esquella de la Torratxa definió esta obra de la siguiente manera: “Un desafío pacífico. Los dos amigos artistas se han sentado con el pincel como armas y se han desafiado mutuamente para ver quién puede pintar mejor al otro... ambos han ganado, ya que ambos han salido igualmente exitosos en esta divertida prueba.”
Presentamos la pintura de hoy gracias al Museo Cau Ferrat :).
P.D. Hablando de amistad, aquí puedes leer sobre los objetivos de amistad de las artistas femeninas y el feminismo en el Estocolmo del siglo XIX.