Kitty Kielland
Dios mío, visitaría mucho este lugar.
Un lago tranquilo yace rodeado de colinas boscosas y sombrías. Es el crepúsculo y el sol está a punto de desaparecer en el horizonte. Un tenue reflejo de luz es evidente en la superficie del agua, junto con el reflejo de las nubes, las colinas y el resplandor del cielo nácar. A cierta distancia en la luz turbia, se puede distinguir un pequeño bote con una persona remando hacia el horizonte. En primer plano, cerca del espectador, hay cañas delgadas y verdes; están tan inmóviles en la tranquila tarde como los delicados lirios de agua esparcidos por el lago como estrellas en el cielo.
La pintura representa el crepúsculo encantado que es tan característico de los bosques nórdicos en las noches de verano. La atmósfera serena de la pintura sugiere atemporalidad y permanencia, evocando las misteriosas y eternas leyes de la naturaleza. El vínculo con el misticismo natural se ve reforzado por la forma en que la oscuridad envuelve los alrededores del lago y por los reflejos en la superficie del agua que hacen que el cielo y la tierra parezcan entrelazados.
Fue un lago local (Dælivannet) en Fleskum en Bærum lo que inspiró a Kitty Kielland a crear esta pintura. Junto con varios de sus compañeros artistas, pasó el verano de 1886 en la granja Fleskum; El Verano de Fleskum a menudo se ve como una inauguración del neo-romanticismo en el arte noruego, y Kielland fue un practicante de este movimiento hasta bien entrado la década de 1890.
Presentamos esta pintura gracias a Nasjonalmuseet en Oslo. Por cierto, han lanzado un nuevo sitio web con su increíble colección, ¡no te olvides de explorarlo!
P.D. Las noches de verano en el norte son totalmente increíbles, aquí puedes ver cómo Edvard Munch se inspiró en ellas <3.